Mar

Llegué hasta el mar atado a mi presente,
como tantas veces...
Alejándome de ti,
entre la bruma y la responsabilidad.
Me arrastró la corriente,
el grito silencioso del clan,
rutinas huecas, pero imprescindibles.
Y alejándome, llegué distraído hasta la orilla.

Entonces ocurrió.
la arena despertó entre mis pies,
y una sutil fragancia de siglos,
mezcla de salitre, de brisa, y de nostalgia,
me asaltó desprevenido, llenándome del todo.

Miré las olas, su majestad de siempre.
Guardé silencio.
Comprendí,
mirando de frente al horizonte,
que el mar regresa siempre.

Ocurra lo que ocurra,
como las olas vuelven
por más que se transformen en espuma.

Toqué la arena,
respiré el aire de la playa a bocanadas,
mojé mis manos,
y regresé a mi mundo, satisfecho.

Recordé las olas, su majestad de siempre.

Sonreí en silencio.

Supe,

mirando de frente el camino de vuelta,

que el mar regresa siempre...