Amar el propio camino. Desembocar... siempre en tu mirada. Caminar a través de mi mundo, incapaz de imaginar esos mundos tan tuyos que me pierdo. Caminar hasta encontrarlos.
Deprisa. Despacio. Superando obstáculos, o dejándome(nos) arrastrar mansamente entre los rápidos, hasta que quedan atrás. Una yenka al revés: un pasito para atrás, tres pasitos para delante. La vida cambia. A veces una nube empaña el horizonte, y un silencio tenaz nos amenaza... y a veces un brillo cegador y nuevo nos mantiene dichosos y ocupados. Nos pasan cosas. Te pasan cosas. Me pasan cosas. Pero aquí estoy. Ahí estás. Un río que es mi río paralelo. Nunca demasiado lejos. Siempre de vuelta. Mi mirada y tu mirada, desembocando siempre. Te amo. Donde quiera que yo voy, tus ojos van conmigo...
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